Cada 2 semanas desaparece una lengua en el mundo

El pasado mes de noviembre fue asesinada en las selvas del norte de Perú Rosa Andrade, la última mujer hablante de resígaro, una de las 43 lenguas indígenas de la Amazonía. Desde ese momento su hermano es el único hablante de esta lengua.

Tommy George murió el pasado 29 de julio. Era el último hablante de awu laya, una lengua aborigen de Australia.

Cristina Calderón  es la última hablante nativa del idioma yagán de Tierra de Fuego.

Y así un largo etcétera.

En los últimos 10 años han desaparecido más de 100 lenguas, otras 400 están en situación crítica y 51 son habladas por una única persona. Según la UNESCO cada dos semanas desaparece una lengua en el mundo.

De las 7000 lenguas que existen hoy en día, desaparecerán la mitad al finalizar el presente siglo.  Lenguas como el Uranino (hablado por unas 3000 personas en el Amazonas), Halkomelem (hablado por  200 personas en Canadá) y el Tofa (hablado por unas 25 personas en Siberia) se enfrentan a un futuro incierto.

Los motivos por lo que algunas lenguas se han dejado de utilizar son diversos. En algunos casos por utilizar lenguas más dominantes o con más prestigio. Por razones de Estado o por presión social.

Pero cuando muere una lengua se lleva con ella no  solo las palabras, sino siglos de historias, leyendas, canciones transmitidas de generación en generación, junto a importantes conocimientos prácticos sobre las plantas, los animales, etc.

 

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